Esta vez no hablamos precisamente en positivo de los puertos españoles, precisamente los puertos de Algeciras, Barcelona y Valencia se encuentran entre los 10 más contaminantes de toda Europa. De hecho, España es el segundo país, tras Italia, con peores datos de emisiones de carbono que provienen de sus puertos.

 

Tres puertos españoles entre los diez más contaminantes de Europa

Fuente: Pixabay

 

Casi 14 millones de toneladas de carbono emitidas

Los puertos de Algeciras, Barcelona y Valencia son el cuarto, quinto y séptimo más contaminantes de Europa respectivamente. En su conjunto, son culpables de casi 14 millones de toneladas de carbono emitidas según un estudio publicado por Transport & Environment.

Debido al incremento del transporte marítimo en los últimos años, el impacto climático “es enorme”, según el responsable de la sección de transporte marítimo de T&E. Además, cree que los puertos no aportan de su lado para corregir esta desastrosa situación, a pesar de los beneficios que obtiene el sector.

 

Los 10 puertos europeos más contaminantes

Fuente: T&E estimate

 

Las mediciones oficiales ni siquiera contemplan todos los posibles tipos de gases de efecto invernadero que se emiten en los puertos

Los autores del estudio afirman que los datos publicados en el estudio en cuestión ni siquiera están completo, sinó que la realidad podria ser incluso un poco más alarmante. Debería proporcionarse más información acerca de otros tipos de gases, también se emiten en los puertos y que son contaminantes, como por ejemplo, el óxido de nitrógeno y el dióxido de azufre. Aún sin tener estos datos, se puede concluir que las emisiones de dióxido de carbono ya son suficientemente altas como para poner en alerta a los legisladores y empezar a tomar medidas para asegurar un marco de regulación que se pueda aplicar en toda Europa y permita asegurar la transición ecológica.

En estos momentos, la comisión europea tiene algunos planes para empezar a reducir las emisiones de este tipo de gases. Por ejemplo, se ha propuesto que 2030 sea el límite para que los puertos instalen fuentes de electricidad en tierra que abastezcan a los diferentes barcos atracados. No obstante, se eximen cumplir esta normativa algunos puertos en función del número de escalas en puerto para algunos tipos de buques, y se excluyen totalmente de la normativa otros tipos de buques como los petroleros y los graneleros.

En definitiva, a pesar de que el plan es ambicioso, las exenciones son significativas, y el problema climático es demasiado grande, por tanto, requerirá medidas más duras y contundentes.

Según los autores del estudio, la apuesta debe estar en la eliminación de combustibles fósiles en los puertos

El estudio propone una serie de medidas para mitigar tales efectos mencionados anteriormente: idealmente, se debería cubrir por el Régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea. Se debería proveer de electricidad a los barcos que estén atracados en los próximos años en todos los puertos europeos, tanto de pasajeros como de mercancías (portacontenedores, petroleros, etc.). Por último, se debería suspender el mandato a los puertos marítimos de instalar terminales de gas natural licuado, para evitar el estancamiento en los combustibles fósiles.

Quizás, la recomendación más ambiciosa es la de introducir objetivos para la instalación de infraestructura que permita el abastecimiento de combustibles verdes, como podría ser el hidrógeno y amoníaco.

La electrificación de los distintos buques que operan en los mares y océanos es improbable, debido a la enorme cantidad de energía que se requiere para que estos funcionen

Las necesidades de energía de los buques que operan en nuestros mares y océanos es tan grande que es muy improbable que se pueda electrificar el sector, afirman los creadores del estudio.

En su lugar, se debe poner el foco en la creación de infraestructura para los combustibles verdes del futuro. Mientras que el gas natural licuado y otros biocombustibles se han propuesto erróneamente como candidatos a ser opciones sostenibles, la realidad es que las únicas alternativas sostenibles son aquellos e-combustibles basados en el hidrógeno, como el e-amoníaco, el e-metanol o el hidrógeno mismamente. Todos estos se producen con energías limpias y renovables, y pueden ser la solución definitiva para aliviar esta necesidad de energía sin contaminar más.

 

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Jaume Guasch | 27. Sep 2022